domingo, 6 de mayo de 2012

LAS 7 LEYES FUNDAMENTALES DE PARACELSO

1.- Lo primero es mejorar la salud. Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un hábito que debes a tu propia dignidad. 2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza. Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares . La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe. 3.- Haz todo el bien posible. Auxilia a todo necesitado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo. 4.- Hay que olvidar toda ofensa, mas aún: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo. Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en si. 5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiará en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia. 6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales. Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. Por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia. 7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de mañana. Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo. El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, veras que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que alegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan. Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; Puede ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre es el egoísmo. Jamás te quejes de nada, domina tus sentidos; huye tanto de la humildad como de la vanidad. La humildad te sustraerá fuerzas y la vanidad es muy nociva.

viernes, 4 de mayo de 2012

¿Cuánto viviré?

Una noche, Tamerlán soñó que estaba en su lecho de muerte y era destinado a las llamas ardientes del infierno. Muy preocupado por la pesadilla, llamó a sus astrólogos. - ¿Cuánto tiempo viviré? - les preguntó a todos, uno tras otro. El primero dijo al emir que viviría veinte años. El segundo que viviría cincuenta años. El tercero que viviría cien años. Y el cuarto dijo al emir que no moriría nunca. - ¡Verdugo! - rugió Tamerlán -, decapita a estos hombres. Tres de ellos me han dado demasiado poco tiempo, y el cuarto trata de salvar su cuello. Luego, volviéndose a Nasrudín, le dijo: - Tú me has leído a veces el futuro ¿qué tienes que decir? Tranquilamente el mulá contestó: - Gran emperador, da la casualidad de que también yo tuve un sueño la noche pasada en el que un ángel me comunicó el día exacto de vuestro fallecimiento. - ¿Y qué dijo? - preguntó Tamerlán con inquietud. - El ángel me dijo que moriríais el mismo día que yo - replicó Nasrudín.

El monje furioso

Dos monjes zen iban cruzando un río. Se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo. Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla. El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros. Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo: -Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido. -¿De que estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro. -¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado. El otro monje se rió y luego dijo: -Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando...

jueves, 3 de mayo de 2012

Queda prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender; levantarte un día sin saber que hacer; tener miedo a tus recuerdos… Queda prohibido no sonreír a los problemas; no luchar por lo que quieres; abandonarlo todo por miedo; no convertir en realidad tus sueños... Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor… Queda prohibido dejar a tus amigos; no intentar comprender lo que vivieron juntos; llamarles sólo cuando los necesitas… Queda prohibido no ser TU ante la gente; fingir ante las personas, que no te importan; hacerte el gracioso con tal de que te recuerden; olvidar a toda la gente que te quiere… Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos han dejado de abrazarse; olvidar su pasado y pagarlo con su presente. Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen más que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha… Queda prohibido no crear tu historia; no tener un momento para la gente que te necesita; no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita. Queda prohibido no buscar tu felicidad; no vivir tu vida con una actitud positiva; no pensar en que podemos ser mejores; no sentir que sin ti, este mundo no sería igual… Pablo Neruda

Los zapatos del otro

Nos cuenta Plutarco en una de sus historias, que en aquellos tiempos de la antigüedad había un romano que decidió separarse de su mujer abandonándola. Sus amigos le recriminaron por ello, pues no veían claros los motivos de aquel divorcio: - No es hermosa?-preguntaban. -Sí. Lo es. Y mucho. -¿No es, acaso, casta y honrada? -Sí. También lo es. Extrañados, insistían en conocer el motivo que había llevado a su amigo a tomar una decisión tan extrema. El romano, entonces, se quitó un zapato y mostrándolo a sus amigos, preguntó: -¿Es bonito? -Sí. Lo es -dijeron ellos. -¿Está bien construído? -Sí. Eso parece -todos aprobaron. Y entonces él, volviéndoselo a calzar, les aseguró: -Pero ninguno de ustedes puede decir dónde me aprieta.

miércoles, 25 de abril de 2012

LOS CUATRO ACUERDOS DE LA SABIDURÍA TOLTECA

1.- No supongas. No des nada por supuesto. Si tienes duda, aclárala. Si sospechas, pregunta. Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que no tienen fundamento. 2.- Honra tus palabras. Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; si no te honras a ti mismo, no te amas. Honrar tus palabras es honrarte a ti mismo, es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Eres auténtico. Y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo. 3.-Haz siempre lo mejor que puedas. Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte nada o arrepentirte de nada. 4.- No te tomes NADA personal. Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Ni la más grave herida. Según la tradición Tolteca, poniendo en práctica estos cuatro acuerdos tu vida puede cambiar, siempre y cuando seas impecable con ello. En la medida que alguien te quiere lastimar, en esa medida ese alguien se lastima a sí mismo. Pero el problema es de Él y no tuyo.-

jueves, 12 de abril de 2012

Las 18 leyes del Dalai Lama.

1. Ten en cuenta que tanto los grandes amores como los grandes logros implican grandes riesgos.
2. Cuando pierdas, no te pierdas la lección.
3. Sigue las tres Rs: Respeto por ti mismo; Respeto por los demás; Responsabilidad por todas tus acciones
4. Recuerda que no conseguir lo que quieres es a veces un gran golpe de suerte.
5. Aprende las normas para saber cómo romperlas debidamente.
6. No dejes que una pequeña disputa dañe una gran amistad.
7. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, da los pasos necesarios para corregirlo de forma inmediata.
8. Pasa tiempo a solas cada día.
9. Abre los brazos al cambio, pero no sueltes tus valores.
10. Recuerda que el silencio es a veces la mejor respuesta.
11. Vive una vida buena y honrada. Cuando te hagas mayor y eches la vista atrás, podrás disfrutarla por segunda vez.
12. Un ambiente amoroso en tu hogar es la base para tu vida.
13. En desacuerdos con tus seres queridos, aborda sólo la situación actual. No remuevas el pasado.
14. Comparte tus conocimientos. Es una forma de alcanzar la inmortalidad.
15. Sé amable con la tierra.
16. Una vez al año, visita algún lugar en el que nunca estuviste.
17. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por el otro supera a la necesidad del otro.
18. Mide tu éxito en base a lo que tuviste que renunciar para conseguirlo.