viernes, 17 de agosto de 2012

Actitud

Una mujer muy sabia se despertó un mañana se miro al espejo.
Y noto que tenía solamente tres cabellos en su cabeza.
'Hmmm' pensó' Creo que hoy me voy a hacer una trenza'.
Así lo hizo y paso un día maravilloso.

El siguiente día se despertó se miro al espejo
Y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.
'H-M-M' dijo' Creo que hoy me peinare de raya en medio'
Así lo hizo y paso un día grandioso.


El siguiente día cuando despertó, se miro al espejo y noto
que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.
'Bueno' ella dijo' ahora me
voy a hacer una cola de caballo.'
Así lo hizo y tuvo un día muy muy divertido.


A la mañana siguiente cuando despertó corrió al espejo y enseguida noto
que no le quedaba un solo cabello en la cabeza.
'Que Bien!' Exclamo.
'Hoy no voy a tener que peinarme!'

Tu actitud es todo.

Siempre se bondadoso.
Porque cada persona que te encuentres esta peleando
alguna clase de batalla

La vida no es esperar a que la tormenta pase...

Es aprender a bailar bajo la lluvia.

Aceptar los problemas de la vida

Muchas veces nos desesperamos por la cantidad de problemas que tenemos que afrontar diariamente: en el trabajo, en la casa, en cualquier otro lado. Parecería que fuéramos de problema en problema; no terminamos de salir de uno cuando ya aparece otro.
En esos momentos solemos decir: "¡Que feliz sería si no tuviera tantos problemas!" Sin embargo, este es un enfoque equivocado. Mientras vivamos, la vida nos presentará inevitablemente problemas para resolver, y el hecho de ser feliz no está relacionado con la existencia o no de problemas sino con la manera en que los enfrentas.
Piensa un poco en qué es una situación problemática. Se dice que tenemos un problema cuando algo no se produce de la manera que nos gustaría. No ganamos lo que nos gustaría, los hijos no se portan como nos gustaría, o simplemente el tránsito no avanza tan rápidamente cómo nos gustaría. ¿Sería posible que todo ocurriera de la manera en que a ti te viene bien? Obviamente que no, aunque más no fuera por la razón de que muchas veces lo que es el beneficio de uno es el perjuicio del otro.
Entonces vemos que los problemas son una parte ineludible de la vida. Si queremos vivir, tenemos que enfrentar problemas. Pero no debes verlo como un mal irremediable, sino como una oportunidad para superarte. Cada problema es una oportunidad para ejercer tu razonamiento, que es la manera de crecer.
Ejercer tu razonamiento con un problema no significa necesariamente tener que resolverlo. Tal vez lo que debas hacer es ignorarlo. Con cada problema que se te presenta, tienes las dos opciones: resolverlo o ignorarlo. Existen distintos tipos de problemas, y a menudo se presentan varios simultáneamente. Sería una cuestión sin sentido tratar de resolver todos sin que falte uno.
Cuando tenemos que enfrentar varios problemas al mismo tiempo, lo primero que tenemos que hacer es jerarquizar los mismos. Habrá algunos más importantes y otros que lo son menos. Tus recursos no son ilimitados y es probable que, al tratar de solucionar los menos importantes, comprometas la solución de los más urgentes. Entonces sería una decisión sabia ignorar aquellos problemas que en el momento no te son tan importantes.
Una vez establecida una jerarquía de problemas y determinado cuáles vamos a tratar de resolver y cuáles vamos a dejar para más adelante o para nunca, no nos queda otra alternativa que comenzar a tratar de resolverlos. Es en este momento cuando realmente está en juego la posibilidad de ser feliz; la diferencia entre ser feliz o no, radica en la actitud con que afrontas tus problemas.
Hay tres actitudes con las que puedes encarar la resolución de tus problemas: "Soy incapaz de solucionar nada", "Nada es demasiado difícil para mí" y "Algunas cosas podré resolver y otras no". La última opción es la única que te puede ayudar a tener más felicidad en tu vida.
Si desde el comienzo supones que eres incapaz de resolver cualquier problema que se te presente, estarás constantemente dependiendo de alguna otra persona para poder vivir. Llevar una vida dependiente no es la manera de vivir feliz. Para poder serlo debes tratar de ser tan autónomo como te sea posible, dentro de los limites que implica seguir siendo un ser humano. Vivir encadenado a los otros para que te solucionen tus problemas, es condenarte a la infelicidad.
Si partes de la base de que no hay nada que esté más allá de tus posibilidades, también vas camino a la infelicidad, sencillamente porque esa afirmación no es cierta. No existe ningún ser humano todopoderoso, todos tenemos nuestras limitaciones. Si piensas que todo lo puedes, estás equivocado, y en algún momento la realidad se encargará de demostrártelo. Cuando ello ocurra, el golpe puede ser muy fuerte y ciertamente no serás una persona feliz.
Si tienes una apreciación realista de tus posibilidades y reconoces que algunas cosas podrás resolver y otras no, estás mucho mejor preparado para ser feliz. Es importante darse cuenta de que hay hechos que escapan a nuestra decisión y que, por más buena intención que pongamos, no lograremos cambiarlos. Esto no significa que dejes de hacer todo lo que puedas, si no para solucionar, al menos para tratar de mejorar en lo que se pueda la situación.
Siempre tenemos que ponderar hasta donde llegan nuestras posibilidades, y tratar de llegar hasta el límite de las mismas, pero no pretender ir más allá. Si eternamente estás tratando de hacer lo que no puedes, eternamente serás infeliz.
Para que los problemas no te impidan tener toda la felicidad que puedas en tu vida, debes tener fe en tu capacidad para resolverlos, pero tampoco creerte omnipotente. Debes alegrarte por los que has podido resolver y no amargarte por aquellos que quedaron sin solución, descansando siempre en la tranquilidad que te da el saber que has hecho todo lo que has podido.

Vive Mejor


Haz como los pájaros: comienza el día cantando.

La música es alimento para el espíritu.

Canta cualquier cosa, canta desafinando, pero canta.

Cantar dilata los pulmones y abre el alma para todo lo bueno.

Si insistes en no cantar, por lo menos escucha mucha música y dejate llevar por ella.

Ríete de ti mismo. Es el comienzo para ser felíz!


Ríete abiertamente para que todos se puedan contagiar de tu alegría.

No te dejes abatir por los problemas.

Si tratas de convencerte de que estás bien, terminarás convenciéndote de que realmente lo estás, y cuando menos lo pienses te vas a sentir realmente bien.

El buen humor, así como el mal humor, se contagian.

¿Cual de ellos vas a escoger?

Si estás de buen humor, las personas a tu alrededor también lo estarán y lo necesitan, como tú.

Leé libros, leé poesía; la poesía es el arte de aceitar el alma.

Leé novelas, historias de amor, todo lo que reviva tus sentimientos.

Camina, corre, salta... El peso de la cabeza es muy grande, contrabalanceálo con algo!

Y te vas a sentir mejor, más animado, más joven.

Encara tus obligaciones con satisfacción. Es maravilloso disfrutar lo que se hace.

Pon amor en todo lo que está a tu alcance.
Cuando te propongas hacer algo, ¡metete de cabeza!

No dejes escapar las oportunidades, no vuelven.

Ninguna barrera es infranqueable si estás dispuesto a luchar contra ella.

No dejes que tus problemas se acumulen, resuelvelos lo antes posible.

Habla, conversa, explica, discute y perdona: el silencio mata.

Exterioriza todo, deja que las personas sepan que las estimas, que las amas, que las necesitas.

¡AMAR NO ES VERGÜENZA, por el contrario, ES LINDO!

Vuelve a las cosas puras, dedicate a la naturaleza.

Cultiva tu interior y ella hará que brote belleza de todos tus poros.

No seas aburrido(a). Tu puedes! Todos podemos.

Entonces . ¡¡¡Vamos!!! "A Vivir Mejor"

Entrevista de César a Jonathan Tepper

endgame
http://www.youtube.com/watch?v=dbgkB4Gtc4I&feature=related

Jonathan Tepper

http://www.youtube.com/watch?v=-hBEbBQyMgI

lunes, 13 de agosto de 2012

Actitud Mental Positiva


Siempre es un buen momento para conocer qué actitudes puedo adoptar para ser más positivo.
Reconozca que su actitud mental es lo único sobre lo cual usted, y sólo usted tiene un control completo.
Comprenda, y demuéstreselo para su propia satisfacción haciendo que así sea, que toda adversidad, dolor o derrota, sin importar si fue provocada por usted, contiene la semilla de un beneficio equivalente que puede alimentar hasta convertir en una bendición que se eleve por encima del desastre que la creó.
Aprenda a cerrar la puerta de su mente a todos los fracasos del pasado.
Despeje la mente de cualquier influencia que no sustente una actitud mental positiva.
Descubra qué es lo que más desea en la vida, y vaya en pos de ello. Hágalo ahora mismo ayudando a otros a adquirir beneficios similares.
Elija a la persona que, en su opinión, es la mejor persona de todo el mundo, pasado o presente. Conviértala en su figura inspiradora, emúlela de todas las maneras posibles.
Determine qué tipo de recursos necesita, establezca un plan para adquirirlos basados en la idea de no excederse ni quedarse corto.
No piense en pequeño, pero recuerde, la codicia, más que cualquier otra cosa, ha destruido a gente ambiciosa.
Forme el hábito de decir o hacer algo cada día que consiga que alguna otra persona se sienta mejor. Puede hacerlo con una llamada telefónica, una postal o un simple acto de amabilidad. Por ejemplo, si le da a alguien un libro bueno e inspirador, le está regalando a esa persona algo que obrará maravillas en su vida. Una obra buena al día mantendrá alejada la melancolía.
Oblíguese a comprender que lo que le fustiga no es la derrota, sino la actitud mental que mantiene hacia ella.
Entrénese para buscar la semilla del beneficio equivalente que hay en todas las decepciones a las que se enfrente.
Averigüe que es lo que más le gusta hacer, y realícelo como un esfuerzo de amor con el alma y el corazón.
Quizá sencillamente sea un pasatiempo perfecto. Sólo recuerde que una mente ociosa se convierte rápidamente en una mente negativa; se le llama rumiar.
Póngase en contacto con cualquiera a quien sepa que ha ofendido injustamente y ofrezca unas disculpas sinceras.
Solicite el perdón. Cuanto más amarga resulte esta tarea, más liberado se verá de influencias mentales negativas al hacerlo.
Reconozca que el espacio que ocupa en este mundo tiene una proporción exacta con la cantidad y calidad del servicio que ofrece en beneficio de otros, más la actitud mental con que lo realiza.
Rompa malos hábitos.
Absténgase de los vicios de uno en uno durante un mes hasta que se demuestre quién manda. Si necesita ayuda de un consejero o un grupo de apoyo, consígala. No deje que lo domine el orgullo.
Entienda que nadie puede herir sus sentimientos, encolerizarlo o asustarlo sin su plena cooperación y consentimiento. Cierre su mente a cualquiera que desee ejercer una influencia destructiva.
Relacione cada circunstancia de su vida como algo que ha tenido lugar para mejor, ya que puede que su experiencia más triste le aporte su mayor bien si le da una oportunidad al tiempo para que alivie su angustia.
Desvíe cualquier urgencia por controlar a otros. Ahóguela antes de que lo destruya. Canalice esa energía hacia un control de sí mismo.
Ocupe la mente haciendo lo que quiere hacer con el fin de que no le quede tiempo para distraerse con las cosas que no quiere hacer.
Sintonice la mente para atraer las cosas y situaciones que desea expresando en una oración diaria su gratitud por lo que ya tiene.
Niéguese a seguir el consejo de nadie… a menos que esa persona esté dispuesta a proporcionarle pruebas satisfactorias de la sensatez de dicho consejo. Se evitará a los charlatanes, los descaminados y los necios.
Distinga que el poder personal no procede sólo de la posesión de cosas materiales. Mahatma Gandhi condujo a su nación a la libertad sin tener ninguna fortuna.
Fortalezca el hábito de la tolerancia, y mantenga una mente abierta a todas las cosas y a todas las personas sin importar su raza o credo. Aprenda a que la gente le guste tal como es, en vez de exigir que sea como usted desea que sea.
Reconozca que el amor es el mejor remedio para su cuerpo y su alma. El amor cambia toda la química del cuerpo y lo condiciona para la expresión de una actitud mental positiva. También extiende el espacio que usted ocupa en el corazón de otros. La mejor manera de recibir amor es dándolo.
Evite el miedo a la vejez al recordar que nunca nada le es arrebatado sin ser sustituido por algo de igual o mayor valor. Por ejemplo: la juventud se ve reemplazada por la sabiduría.
Confíe en que se pueden hallar soluciones adecuadas para todos sus problemas, pero acepte el hecho de que las soluciones tal ves no sean las que usted quiere.
Dependa de los ejemplos de otros para recordarse que se puede superar cualquier desventaja. Thomas Edison sólo tuvo tres meses de enseñanza escolar formal, sin embargo fue el más grande inventor de todos los tiempos.
Un objetivo preciso principal es más fuerte que cualquier limitación.
Dé la bienvenida a una crítica amistosa en vez de reaccionar negativamente.
Aproveche cualquier oportunidad para aprender cómo le ven los demás, y empléela para hacer un inventario de si mismo y buscar cosas que necesiten mejorarse.
No tema a la crítica, foméntela.
Absténgase de conversaciones negativas, en especial críticas, chismosas o para tirar abajo la reputación de otra gente. Esas actividades condicionan su mente para que piense de manera negativa.
Crea en su capacidad para ser libre y autodeterminante, y lleve esa creencia a la práctica actuando en consonancia. ¡Hágalo ahora!
RECOMENDACIÓN: Lea esta lección una vez por semana durante seis meses. Se instruirá tan exhaustivamente con estos hábitos y condicionantes mentales que su actitud mental se volverá y permanecerá positiva en todo momento.

El mercader y la bolsa


Cierto día un mercader ambulante iba caminando hacia un pueblo. Por el camino encontró una bolsa con 800 dólares. El mercader decidió buscar a la persona que había perdido el dinero para entregárselo pues penso que el dinero pertenecía a alguien que llevaba su misma ruta.
Cuando llego a la ciudad, fue a visitar un amigo.
- ¿Sabes quién ha perdido una gran cantidad de dinero? - le pregunto a éste.
- Sí, sí. Lo perdió Juan, nuestro vecino, que vive en la casa del frente.
El mercader fue a la casa indicada y devolvió la bolsa. Juan era una persona avara y apenas terminó de contar el dinero grito:
- Faltan ¡100 dólares! Esa era la cantidad de dinero que yo iba a dar como recompensa. ¿Como lo has agarrado sin mi permiso? Vete de una vez. Ya no tienes nada que hacer aquí.
El honrado mercader se sintió indignado por la falta de agradecimiento. No quiso pasar por ladrón y fue a ver al juez.
El avaro fue llamado a la corte. Insistió ante el Juez que la bolsa contenía 900 dólares. El mercader aseguraba que eran 800. El juez, que tenia fama de sabio y honrado, no tardó en decidir el caso. Le pregunto al avaro:

- Tu dices que la bolsa contenía 900 dólares ¿verdad?
- Si, señor, respondió Juan.
- Tu dices que la bolsa contenía 800 dólares - le preguntó el juez al mercader.
- Si, señor.
- Pues bien - dijo el juez - considero que ambos son personas honradas e incapaces de mentir. A ti porque has devuelto la bolsa con el dinero, pudiéndote quedar con ella. A Juan porque lo conozco desde hace tiempo. Esta bolsa de dinero no es la de Juan; aquella contenía 900 dólares. Esta solo tiene 800. Así pues, quédate tu con ella hasta que aparezca su dueño. Y tú, Juan, espera que alguien te devuelva la tuya.