Una pareja de recien casados se mudo a un barrio muy tranquilo.
En la primera mañana en la casa, mientras tomaba cafe, la mujer reparó a traves de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero.
Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero !!
quizas necesita un jabón nuevo i ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas !!
El marido miró y quedó callado.
Y así cada dos o tres dias la mujer repetia su discurso, mientras la vecina tendia sus ropas al sol y al viento.
Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpias, y dijo al marido:
¡¡¡ Mira, la vecina aprendió a lavar la ropa !!!
¿¿ Le enseñaría otra vecina ??
El marido le respondió:
¡¡¡ No, hoy me he levantado más temprano y limpié los cristales de nuestra ventana !!!
Y la vida es así: Todo depende de la limpieza de la ventana, a través de la cual observamos los hechos.
Antes de criticar, seria conveniente chequear si hemos limpiado el corazon para poder ver mas claro.
Entonces podremos ver claramente la limpieza del corazón de los demás.
Sin duda hoy te veo mejor que ayer !!!
Feliz dia !!!
Comparto estos documentos recopilados de una gran lista, que pueden ayudarnos y sernos útiles, quiero agradecer a Daniel Rincon Prada, Graciela Aguilar, Graciela E. Prepelitchi,Mónica Uribe López, Romeo Rios, Carmen Rupérez Pérez y mucha gente que ha estado en la sombra alimentando nuevacreative con un gran aporte de historias valiosas e interesantes que nos permiten reflexionar, evolucionar y mejorar cada día un poco más.
jueves, 26 de enero de 2012
lunes, 23 de enero de 2012
Leyenda de Oriente
En un grupo de muchachos apiñados alrededor del cuerpo de un perro muerto, en un canal de Jerusalén, uno de ellos comentó: “Tiene un ojo afuera”. Otro dijo: “Perdió la vida en una lucha de carros”. “¡Que fea brutalidad!” exclamó un tercero. “Su pelo está enmarañado con suciedad y sangre”.
“Pero mira sus dientes”, sugirió un extraño que pasaba. “Son tan blancos y finos como perlas”.
“¿Quién es ése?” preguntó uno de los muchachos; y otro que lo conoce respondió, “él es Jesús, el Galileo”.
Intentemos ver los dientes blancos de cada persona, en lugar de buscar los defectos.
“Pero mira sus dientes”, sugirió un extraño que pasaba. “Son tan blancos y finos como perlas”.
“¿Quién es ése?” preguntó uno de los muchachos; y otro que lo conoce respondió, “él es Jesús, el Galileo”.
Intentemos ver los dientes blancos de cada persona, en lugar de buscar los defectos.
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