jueves, 15 de diciembre de 2011

El poder de las preguntas positivas

He tratado algunas veces el tema de la forma en que manejamos nuestro diálogo interno y por supuesto el que tenemos con los demás.

Es usual que el mismo sea mantenido desde parámetros negativos, tipo: No pude, no soy creativo, no tengo tiempo o dinero, etc.... Usamos negaciones y/o proposiciones que cierran, en lugar de abrir posibilidades como: Siempre el mismo estúpido, toda mi vida ha sido una lucha difícil para conseguir lo que quiero, nunca se me va a dar mi deseo.

Quiero enfatizar la enorme importancia de reformular estos conceptos. La palabra es el segundo nivel de creación (pensamiento/palabra/acto) y si la utilizamos mal se nos hace muy complicado remontar la fase de construir cualquier cosa.

Entonces, escúchate hablar contigo mismo y con otros. Escribe tus dichos negativos o cerrados y reformúlalos hacia otros positivos y abiertos? y úsalos!! De lo contrario seguirás en lo mismo. Todo lo que aprendas tiene que estar al servicio de tu acción.

Transcribo a continuación algo que recibí (no sé de quién).

¿Cuál es la pregunta que te haces cuando te encuentras ante un problema o una situación difícil? Tu cerebro es más poderoso que una sofisticada computadora a tu servicio.

Él responde con precisión a la forma cómo te hablas a ti mismo y a las preguntas que te haces.

Si te preguntas:

§ "¿Por qué soy siempre tan estúpido?" de inmediato tu mente te dará los argumentos que serán una respuesta satisfactoria.
§ "¿Por qué tengo tan mala suerte?" entonces tu mente te recordará todas las razones para sentirte desafortunado. O te enfocará en los aspectos difíciles y desagradables de tu vida.

Si en cambio te preguntas:

§ "¿Qué hice mal?" o "¿Cómo hago para no repetir este error?”tu mente te ayudará a encontrar una salida constructiva. Los científicos e investigadores del comportamiento han determinado que las personas que logran mejores resultados se hacen ciertas preguntas ante las situaciones difíciles. Te puedes hacer preguntas que te debiliten o preguntas que te fortalezcan.

Si ante un problema eliges alguna o varias de las siguientes preguntas, crearás confusión y emociones dolorosas.

Ejemplos de preguntas que debilitan:

§ "¿Por que a mí?
§ "¿Por qué soy tengo tan mala suerte?"
§ "¿Por qué a mí todo me sale mal?"
§ "¿Por qué le caeré mal a la gente?"
§ "¿Por qué a mí nadie me quiere o me comprende?"
§ "¿Por qué a mí me cuesta tanto aprender?"
§ "¿Cuánto me durará mi mala suerte?"
§ "¿Por qué a mí nunca me tienen en cuenta?"
§ "¿Por qué no me valoran?" o "¿Por qué a nadie le importa lo mío?"

Todas éstas son preguntas que te inducen a generalizar o exagerar lo difícil y sobre todo a desconocer o menospreciar tus cualidades y recursos. Además notarás cómo las respuestas a estas preguntas te dificultarán la resolución de cualquier problema y por encima de todo generarán en ti autocompasión, aislamiento, culpa y resentimiento. Lo peor de todo es que te sentirás sin poder ante esa adversidad específica.

Si en cambio eliges hacerte preguntas empoderadas o asertivas tu mente se enfocará en lo que depende de ti, te ayudará a definir tu problema y tus recursos de una manera más constructiva. Estas preguntas te ayudarán a sentirte más fuerte y optimista con más control en tus resultados.

Ejemplos de preguntas con poder:

§ "¿Cómo puedo salir fortalecido de este problema?"
§ "¿Qué hice mal?" o "¿Qué error cometí?"
§ "¿Cómo puedo acercarme a esta persona tan complicada?"
§ "¿Cómo puedo ganar el apoyo hasta de los más renuentes?"
§ "¿En qué áreas tengo que prepararme mejor?"
§ "¿Qué lección me deja este problema?"
§ "¿Cómo hago para no repetir el mismo error?"-
§ "¿Qué cualidades o recursos tengo que me ayudarán a encontrar una salida?"
§ "¿Qué tiene de positivo esta situación?"

Te invito a observar el poder de tus preguntas, a estar más conciente de tu propio lenguaje interior y a disfrutar de las diferencias.

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