lunes, 22 de abril de 2013

CUATRO FORMAS DE TOLERANCIA

La mayor fuerza de la humanidad no consiste en armas de fuego, puños, ni en el poderío militar, sino en la capacidad de tolerancia. Todo tipo de fuerza debe inclinarse delante de quien la tolera.

Hay cuatro principios para la tolerancia:

No responder a las blasfemias: cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos victimas de la blasfemia o el insulto, nos igualamos con aquellos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio usándolo contra las blasfemias e insultos, evocando la conciencia de quien las pronuncio, esta fuerza es, naturalmente mayor.

Mantenerse calmo frente a los infortunios: cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar, derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzara el éxito de grandes hazañas.

Compasión frente a la envidia y el odio: frente a la envidia y el odio de otros no debemos responder igualmente con odio y envidia, sino con el corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y mostrarle nuestra intención pacífica, demostrando así, con educación nuestra superioridad.


Gratitud frente a las difamaciones: si alguien lo insulta o difama, no se enoje con quien lo provoco, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporciono en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuando más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia. Solamente así la superaremos, con moralidad y tolerancia.

El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos y opresiones.

Maestro Hsin Yung

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