lunes, 22 de abril de 2013

El regalo


Para los monjes y lamas tibetanos la campana tiene un hondo sentido espiritual y forma siempre parte del ritual religioso. Habia una vez un joven monje que anhelaba disponer de su propia campana y poderla tener en su propia celda, tal era su anhelo que sus compañeros lo sabian y llego a oidos del abad del monaterio

Un dia le hizo llamar al joven y le dijo.....

-Tengo entendido que te gustaria tener tu propia campana para ti, ¿no es asi?

-Asi es, venerable abad.Me gustaria poder contar con una campana para tenerla en mi celda.

- Pues te propongo una cosa -dijo el abad al monje -, si limpias a fondo el monasterio y lo dispones todo perfectamente para el proximo festival religioso, que tendra lugar en una semana, tendras la campana que tanto deseas; te lo aseguro.

El monje sintio una gran dicha. Por fin sus sueños de poseer una campana se iban a poder hacer realidad. Con dedicacion se puso a limpiar y ordenar el monasterio. Fue un trabajo duro, pero guiado en todo momento por la motivacion de poder tener la campana.
Unos dias despues, el monasterio estaba reluciente y todo habia sido perfectamente ordenado. El monje suspiro aliviado -!Por fin habia cumplido su tarea y lo habia hecho a la perfeccion!. Es verdad que se habia ganado la campana.

Anochecia., y novicios, monjes y lamas efectuaron la ceremonia del atardecer. Acabada la ceremonia, cada monje se retiro a su celda. Pero el monje que habia limpiado el monasterio se acerco a hablar con el abad y antes de que nada pudiera decir, este declaro:

- Has hecho un trabajo excelente. Aqui tienes la campana, ahora ve a descansar que buena falta te hace.

El monje se retiro a su celda. Se sento sobre el jeron y como un muchachito ilusionado comenzo a mover la campana para escuchar su embelesante sonido.....
Pero la campana no sonaba, ¿como es posible?, se pregunto extrañado. Dio la vuelta a la campana y se dio cuenta de que no tenia badajo. Se sintio engañado. ¿era una broma pesada del abad?, ¿queria mofarse de el? ¿no apreciaba lo suficiente el fatigoso trabajo que habia llevado a cabo?. Corrio hasta la celda del abad y llamo a la puerta.

- Pasa - dijo el abad - te estaba esperando.

Venerable lama, apenas podia creer lo que he visto hace unos instantes. Me obsequias con la campana prometida, voy a tañirla y resulta que carece de badajo, ¿Para que quiero una campana que no puede sonar?.

- Estas indignado, ya veo -dijo serenamente el abad -Pero eres tu el que debe poner el badajo..

El monje miro al abad estupefacto.

- Si, asi debe ser. El badajo es tu claridad y tu compasion internas. No es un badajo de bronce lo que tiene importancia, sino hacer sonar la campana, (la campana maravillosa de tu mente y de tu corazon) con el badajo de tu lucidez y tu benevolencia.

Sobrecogido por la emocion, el monje dijo,

- Nunca nadie hubiera podido hacerme un regalo mejor.. Gracias venerable maestro.

EL SABIO DECLARA:
NO HAY CAMPANA QUE SEA MAS HERMOSAMENTE MUSICAL QUE LA QUE SUENA POR LA FUERZA IMPERECEDERA DE LA PAZ Y EL AMOR.

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